Soy un navegante que cocina, un gastrónomo – cocinero que disfruta con la meteorología, un meteorólogo que trabaja en el sector de las comunicaciones, un comunicador aficionado a divulgar aquello de lo que sabe un poco: Navegación, Meteorología y ahora también de Cocina.

Aprendí a navegar con el CINA: Centro Internacional de Navegación de Arousa y con el tiempo me convertí en monitor de Crucero, así que casi todos los años imparto cursos en nuestra base marina: La ría de Arousa y resto de las Rías Baixas. Una de las cosas que enseñamos en los cursos de Crucero es a organizar la vida a bordo y una parte importante es la alimentación, por placer y por salud. Así que la cocina ya formaba parte de la práctica.

Me habían comentado más de una vez ¿por qué no organizas un curso de cocina a bordo?  Y yo no lo veía, pero éste año me decidí, me puse a investigar de forma sistemática todos los aspectos relacionados, desde la compra y estiba, hasta los aspectos sanitarios y de salud, pasando por una sistematización de las recetas en función de las circunstancias de navegación: Fondeados, escorados, 10 minutos, …  Y pare rematar el trabajo, decidí publicar todos los resultados en éste Blog: ChefNauta. 

¿Blog de Cocina? ¡Pero si hay montones de blogs estupendos!

Efectivamente, pero la cocina a bordo de un velero no es lo mismo que en casa.  La cocina es pequeña, la potencia de sus fuegos menor que una casera, apenas hay superficie de trabajo. Además, si estás navegando a vela, la escora hace que no haya prácticamente ninguna superficie horizontal, el movimiento convierte en algo peligroso freir o cocer salvo que se use una olla a presión. Y no hablemos del riesgo de mareo.

Vivo en Madrid así que nunca he tenido un barco de crucero, los alquilo con amigos. Muchas de esas salidas son de pocos días, en los que el cuerpo apenas tiene tiempo de habituarse al movimiento y por tanto cocinar es una «actividad de riesgo» de mareo, al menos los primeros días.

Esta experiencia es en la que me baso para adaptar recetas convencionales a las condiciones específicas que te encuentras cuando navegas en un barco alquilado, donde tienes que dar de comer a 6, 8 o incluso 10 personas con cocina suele estar pobremente equipada.

Y la conclusión es que SI se pueden hacer cosas muy ricas a bordo de un barco. Lo que hace falta es una mínima planificación y mucho, mucho Amor y Cariño 🙂  y compensa, ver a la tripu disfrutar y agradecer la comida es muy gratificante: «Mola más cocinar que fregar»